En un abrir y cerrar de ojos las puertas de la parroquia de san Sebastián se abrieron y las de san Lorenzo se cerraron. Pasó otro año más la Semana Santa y este artículo es un resumen de como la ha vivido un servidor.
Domingo de Ramos: Que mejor forma para empezar la Semana Santa que visitar la capilla de la calle Pureza y ver la única que estaba en la calle en ese momento por su barrio, La Paz, llevada por sus
Legionarios del Porvenir. Ya en el centro Jesús Despojado buscando la Carrera Oficial con la novedad de la Agrupación Musical que acompañó al misterio hasta la Catedral. En la entrada de Laraña vi cómo la hermandad de la Cena pasaba por delante mía. Paréntesis hasta la noche por motivos personales que no me impidieron ver la entrada de la primera que sale en Triana, La Estrella, que llevaba con ella una gran cantidad de gente delante del paso. Este año presentaba grandes novedades por el aniversario de la hermandad que se celebrará en junio con una procesión extraordinaria como acto más importante. Decir que la última levantá del misterio estaba dedicada a los trianeros que ya están en el cielo.
Lunes Santo: El de 2010 para olvidar. Mientras Santa Genoveva tuvo que volverse a su templo y el Polígono se refugió en el Salvador, hermandades como San Gonzalo o Santa Marta decidieron no salir a la calle. Implicación personal con San Gonzalo por amigos y familiares que salían y no pudieron hacerlo tras la repentina decisión de la junta de gobierno, que ni siquiera aprovechó el intervalo de tiempo hasta las cinco de la tarde del que disponían. La mayoría de la gente criticó la decisión, aunque pensando en frío habría que tener en cuenta la lluvia que cayó por la noche y que hubiera pillado lejos de su templo aún a la cofradía. El Beso de Judas fue la primera que decidió salir y pude verla por el Duque para después buscar a Las Aguas por la calle Castelar para ver el Palio de Las Penas y El Museo por Alfonso XII. Excepto la primera, Las Aguas, Vera-Cruz, Las Penas y El Museo tuvieron que esperar a que escampara para volver rápidamente a sus templos, sobre todo Vera-Cruz y Las Penas, a esta última la ví por Tetuán y al Museo entrando en la Plaza Nueva. Después de esto vuelta para Triana.
Martes Santo: El Martes Santo de este año ha sido un día muy especial para mí, ya que por primera vez lo vivía como hermano de Los Estudiantes, la hermandad universitaria que rinde culto al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a su Madre Angustia, por supuesto la primera del día. Una hermandad que siempre gusta verla desde el princpio hasta el final por su compostura en la calle, del humilde paso de Cristo al adornado palio de la Virgen. De ahí al marco inconfundible de la plaza del Triunfo para ver al Cerro y a Santa Cruz, pasando a los pies del monumento a la Inmaculada. En la Alfalfa, los celestes nazarenos de San Esteban anunciaban al paso de la Salud y Buen Viaje y a la Virgen de los Desamparados. Con los paréntesis del misterio del Dulce Nombre en Campana y el palio en la plaza de san Francisco junto al de Santa Cruz entrando en O`Donnell, pude contemplar el paso de la Virgen de la Encarnación en su entrada en la Cuesta del Rosario y a la hermandad del Dulce Nombre cruzando de nuevo la plaza de san Francisco esta vez en busca de la Plaza Nueva. Para acabar tan intensa jornada, el Cristo de la Salud saliendo de los jardines y la entrada de los Cristos de San Benito.
Miércoles Santo: Cambio de ruta este año. Tras varios años en el Duque, este tocaba callejear. La única que vi allí fue la del Carmen Doloroso con posterior traslado a la calle Eslava para el Buen Fin y la Alameda para La Lanzada. Buscando la hermandad de San Bernado, la cual al final no pudimos ver, nos encontramos con La Sed por el Salvador y en busca de Los Panaderos, que la vimos por las proximidades de la parroquia de san Andrés. El día acabó temprano viendo a la Piedad baratillera entrando en la calle Adriano, tocaba descansar porque se acerca la gran noche...
Jueves Santo: Día de tranquilidad: cervecita en la calle Pureza, visita a la capilla de los Marineros, donde se acerca poco a poco el momento, y a ver a las Cigarreras tras cruzar el puente de San Telmo.
Madrugá: Mi día grande como cofrade. Tocaba ponerse la túnica morada para acompañar al Santísimo Cristo de las Tres Caídas y a Nuestra Señora de la Esperanza otro año más, este año por primera vez para mi madre, que consiguió hacer todo el recorrido. Horas de reflexión personal, durante el camino piensas sobre los asuntos que te afectan, ves a tu alrededor a través de un antifaz la noche mágica de Sevilla. Todo el camino realizado y el cansancio merecen la pena cuando después del mediodía ves aparecer por la puerta al Cristo y a la Esperanza. Lo que se siente dentro de esa capilla sólo puede conocerse estando allí, presenciando el momento desde dentro, el momento que tan sólo podemos disfrutar los que esperamos hasta que entra el palio, son casi 19 años ya en la hermandad y eso se nota... En lo general, una de las madrugás más tranquilas que se recuerdan, tanto po jaleos como por afluencia de público.
Viernes Santo: De este día, sólo las de Triana a su recogida: impresionante el Cachorro por el Altozano o la O saludando a la hermandad de la Esperanza de Triana en su capilla. Tras esto tocó carrera para la entrada del Cachorro y otra para ver entrar al Nazareno de la O, que tuvo un pequeño percance con la cruz en la entrada pero de menor importancia.
Sábado Santo: Para empezar la nueva hermandad del Sol y en la entrada en la calle Francos dos seguidas: los Servitas y la salesiana hermandad de la Trinidad, con la Esperanza de la Trinidad como último palio. Costaba alejarse mientras seguía escuchándose el ruido de las bambalinas. Tras una sevillana cena de bocadillo de abodo en el famoso Blanco Cerrillo, a ver al Santo Entierro al entrar en O`Donnell: el famoso paso de "la canina", la urna y el último misterio de la Semana Santa, el Duelo. El fin de la Semana Santa llegó en la plaza de san Lorenzo con la entrada de la Soledad, tocando después las puertas de la iglesia para volver a estar el año que viene. Objetar también que por primera vez pude ver al Señor del Gran Poder en su paso entre la penumbra de su basílica. Simplemente impresionante.
Domingo de Resurrección: Última ruta cofrade. Tras ver la última del año, la del Polígono que volvía a su templo tras estancia en el Salvador por la lluvia, visita de nuevo a la capilla de los Marineros, besamanos del Nazareno en la O y besapiés del Cachorro, estos últimos tres puntos son fijos todos los años.
Pasó otra Semana Santa y los calendarios cofrades ya van acercándose a la de 2011.